El Liverpool fue una ingrata visita para el Norwich en Carrow Road y lo superó en un partidazo lleno de goles que, por si fuera poca emoción, se definió en los descuentos. Fue un 5-4 a favor de los Reds en, quizás, el mejor partido de la temporada en la Premier League, jugada la fecha 23.
Fue un duelo con emociones de principio a fin, pero también lleno de errores defensivos de ambos equipos. Lo que más preocupan, porque nos convoca, son los mostrados por el equipo de Jürgen Klopp, quien parece no poder solventarlos aún, problemas que ya han costado varios puntos en la actual campaña.
Eso sí, fue el cuadro del puerto comenzó mejor y salió a buscar el triunfo. De esa manera llegó la apertura de la cuenta, a los 18', de los pies de Roberto Firmino tras asistencia de James Milner. Desde ese momento el local salió por el empate y equilibró un juego que igualmente ya era bastante parejo.
Mbokani anotando el empate con un golazo de taco. |
Y las falencias en materia defensiva quedaron evidencia. Es que recién a los 29', en su primer remate con peligro, el rival igualaría el marcador. Jugada enredada y la retaguardia Red que no supo despejar el balón y éste le queda a Mbokani quien, dentro del área y de espaldas al arco, sacó un taconazo inatajable para Mignolet.
Tras el empate, cada aproximación de los canarios permitía ver a zaga poco enchufada y casi nula sincronía. Con un Alberto Moreno sin ganas de defender y un Clyne que no lograba hacerse fuerte por su banda. Y no tardó en llegar otro gol en contra. Por la derecha entra con ventaja Steven Naismith, quien debutaba con la camiseta verde, y con un fuerte remate cruzado anotó el 2-1.
En la segunda mitad tampoco tardaron en demostrar la casi nula sincronía en defensa. Sólo nueve minutos iban (54') y Naismith es derribado dos veces durante la misma jugada en el área por Moreno, quien cometió un penal infantil en una señal de fastidio por no querer defender. Y tras cartón, Wesley Hoolahan cambió la sanción por gol y aumentaba el marcador. Iba 3-1 arriba el Norwich,
Pero a pesar de todo lo que se le pueda criticar al Liverpool, si hay algo que siempre está presente y saca a relucir en partidos así son las ganas, la garra y la historia. Es que tras verse dos goles abajo, tras empezar ganando y de ir de más a menos, los de Klopp no se quedaron en los laureles y salieron con todo a por la remontada.
Sólo 60 segundos después del penal, pase de Firmino para Jordan Henderson, de no muy destacable partido, quien queda sin marca y en buena posición a la entrada del área, remata de primera y marcan un buen gol para descontar. Luego, llegaría el primer cambio, bastante tardío considerando la tónica del partido: Klopp se la jugó al dejar en cancha a un bajo Milner y hacer ingresar a Adam Lallana en reemplazo de Ibe.
Y faltaría mucho más. Minuto 63, el recién ingresado Lallana se va por la izquierda y habilita por el medio a Firmino, y este último entra con ventaja al área, se enfrenta al portero y con una sutil definición anotó su segundo personal y dejó todo en tablas. El brasileño demostró que con espacios es letal, y Klopp que cuando mueve sus piezas, aunque se demore en hacerlo, estas surten efecto.
Quince minutos para el final. Russell Martin, del Norwich intenta resguarda el balón con un pase atrás. Pésima decisión, puesto que le entregó el esférico a un atento Milner -el técnico alemán lo dejó en cancha- quien se fue sólo contra el mundo y con jerarquía marcó el tanto de la ventaja. ¡Liverpool ganaba 4-3!
Hermosa y encomiable remontada Red. Pero nada terminaba aún. Minuto 90, Klopp gastaba su segunda modificación: Caulker sustituía a Moreno para defender el triunfo. El juez que indicó los típicos cinco minutos de añadido. Se jugaba el segundo y, gracias a los mismo problemas defensa, la zaga roja no pudo despejar la jugada y el balón le queda Bassong, quien remata desde la entrada del área y bate a Mignolet. Lamentablemente era el 4-4 y nuevamente se perdían puntos importantes.
¿Sería todo? "Jajaja", respondieron Klopp y sus dirigidos. Después del empate, el Liverpool se fue con todo en busca del triunfo y prácticamente todo el equipo tirando la pelota al área. Ahora los problemas defensivos fueron del Norwich, que jamás pudieron sacar el peligro. Corría el cuarto minuto de descuento y en una jugada enredada, el balón le queda a Lallana -vino desde el banco- quien remata algo mordido, descoloca al arquero y, ¡voilà!, anotó el quinto. Se desató la algarabía en todos los miembros del plantel, con Klopp incluido en los festejos con los jugadores y a quien, incluso, se le rompieron los anteojos.
Triunfazo en un partidazo que postula al mejor de la temporada. Desde lo futbolístico, con muchos matices: un comienzo esperanzador, gol tempranero, pero que con los minutos se diluyó y se bajó el nivel e intensidad, se fue perdiendo y se terminó remando desde atrás para llevarse la victoria. En otras palabras, un equipo netamente de reacción.
Con esta victoria, que se debe disfrutar por como se dio, el Liverpool llegó a 34 unidades y subió a la séptima posición. Eso sí, se ubica a 13 puntos del solitario líder Leicester City. El próximo partido de los Reds es el martes en casa ante el Stoke City, por la revancha de las semifinales de la Capital One.
Fotos: Dailymail.co.uk
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